Así me torturaron en Chechenia

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El escalofriante relato de un homosexual que desafía amenazas de muerte para testificar sobre el infierno checheno

GAYLES.TV.-  El ruso Maxim Lapunov ha decidido desafiar a las fuerzas de seguridad de Chechenia denunciando la persecución masiva de gais en la república caucásica y las torturas a que son sometidos y que él sufrió en propia piel.

El pasado martes en rueda de prensa Ígor Kochetkov, director de la Red LGBT Rusa, reconocía que, “Hasta ahora, el principal argumento de las autoridades para negarse a investigar era la ausencia de testimonios. Pues ahora ya tienen al primer testigo”. Y a un precio elevadísimo, porque Maxim recuerda las últimas palabras que le dijeron al liberarlo: “Me advirtieron de que si denunciaba lo ocurrido, lo pasaría mal. Me encontrarían, incoarían un caso penal, me juzgarían y me enviarían a prisión. O simplemente tomarían represalias contra mí o contra mi familia”.

Esa fue la guinda del infierno que se inició en un centro comercial de Grozni el 16 de marzo del presente año cuando Maxim fue detenido y trasladado a un centro de internamiento donde lo retuvieron por espacio de casi dos semanas. En declaraciones al Periódico Nóvaya Gazeta, Lapunov explicó que ya en el primer interrogatorio le acusaron de haberse trasladado a Chechenia para “seducir a chicos chechenos” y le forzaron a identificar a otros gais con quienes hubiera mantenido relaciones.

Siempre según su testimonio, Maxim fue trasladado a un sótano encharcado en sangre y allí estuvieron golpeándole con barras de goma mientras sus torturadores le gritaban: “No debería haber gente como tú en el mundo, ni siquiera eres un ser humano”. Entre paliza y paliza, Maxim recuerda que “Todo el tiempo que estuve en el sótano traían continuamente a nuevos detenidos. Escuchaba cómo les pegaban. Por las conversaciones comprendí que todos eran sospechosos de ser homosexuales” y añadió que en ocasiones los guardas utilizaban descargas eléctricas para arrancar confesiones a los detenidos.

represión LGTBI en Chechenia

Cuando finalmente fue liberado “apenas podia andar” pero a pesar de su precario estado de salud, le obligaron a grabar una confesión en vídeo en la que reconocía haber mantenido relaciones con homosexuales. Posteriormente le forzaron a poner sus huellas en una pistola y le entregaron 100 € y un billete de autobús con destino a Piatigorsk para hacerlo desaparecer.

Las graves amenazas que profirieron hacia él y sus familiares, lo hacen merecedor de admiración porque se necesita mucho coraje para dar el paso de denunciar. Lapunov, que es oriundo de la ciudad siberiana de Omsk, ha declarado que está dispuesto a regresar a Grozni, la capital chechena, para identificar a los que le torturaron y ayudar a localizar las cárceles secretas donde se recluyen y torturan homosexuales desde hace meses.

Lo que llevó a Maxim Lapunov a hablar en público fue el hecho de que, tras presentar una denuncia formal ante el Comité de Instrucción ruso sobre su detención y tortura, no recibiera respuesta de las autoridades rusas.

Su valentia puede que anime a otros gais que han pasado por la misma situación a denunciarla y sin duda, contribuirá de manera decisiva a investigar e intentar frenar el genocidio que se perpetra diariamente en Chechenia contra el colectivo LGTBI.

Fuentes: ultimahora.esinfobae.com,

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