Munilla, el obispo que veía al diablo (en todas partes)

Munilla Munilla, el obispo que veía al diablo (en todas partes)

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha vuelto a ser centro de la polémica por unas declaraciones en las que asocia el feminismo radical con el demonio como en su día lo hizo con los gais

GAYLES.TV.-  La intervención de Munilla se produjo el pasado lunes en el programa Sexto Continente de Radio María. En ellas el obispo se opone a la huelga convocada para el 8 de marzo argumentando que ve la mano del demonio en las filas del movimiento que la promueve.  Según Munilla el llamado “feminismo radical o de género” tiene como víctima a la propia mujer (…). Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas porque el feminismo, al haber asumido la ideología de género se ha hecho una especie de harakiri”. El prelado justifica esta afirmación por el hecho de que en países como China o India, el aborto se utiliza de forma selectiva convirtiéndose, siempre según Munilla, en un “auténtico genocidio femenino”.  Y remata asegurando que “el aborto se ha convertido en la tumba de la mujer”.

Y es que para la más alta autoridad eclesiástica donostiarra, las reivindicaciones asociadas a lo que él denomina “feminismo radical”, o sea: el aborto libre y gratuito, las relaciones prematrimoniales o la masturbación, son algunos de sus temas estrellas.

huelga 8 de marzo

Pero por supuesto, no olvida al colectivo LGTBI a la hora de lanzar sus dardos envenenados en un totum revolutum que mezcla lesbianismo, bisexualidad o interrupción del embarazo.  Se diría que a Munilla le pone atacar a los homosexuales. Ha llegado a publicar un libro, “Sexo con alma y cuerpo” en el que, tras afirmar que las prácticas homosexuales “no pueden recibir aprobación alguna”, deja ir perlas del tipo “sufren una desviación neurótica y necesitan una sanación de las heridas afectivas” que afirma arrastramos desde la infancia y la adolescencia. Y aquí también remata la faena con una frase estelar: “Son objetivamente desordenados”.

Pues nada, señor obispo, leerle, escucharle, saber de sus demoniacas alucinaciones o de sus lúbricas fantasías resulta de lo más entretenido y estimulante. Por ejemplo, sus opiniones sobre mujeres que según el momento del ciclo “Pueden estar más sensibles o susceptibles, a algunas les da por la actividad o por la limpieza”. (Sí, son palabras de Munilla) O de castos jóvenes que reprimen su virilidad por lo que “si están muy enamorados pueden tener reacciones desproporcionadas como una eyaculación que ni esperaba ni quería”… lo que el obispo viene a llamar “una inquietud moral”, pero para nada correrse, que va ¿dónde vas a parar? ¡Eso sería pecado!

En fin señor obispo, mañana pararemos, mañana nos manifestaremos, mañana gritaremos, cantaremos y reivindicaremos en las calles, en los hogares, en los puestos de trabajo. Pero sobretodo, mañana, señor Munilla renunciaremos al polvo de tanta sotana donde más a menudo de lo que conviene se oculta, precisamente, el diablo.

Fuentes: elconfidencial.com, amp.elmundo.es

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