«Flee», el documental animado sobre un refugiado gay hace historia en los Oscar

«Flee», el documental animado sobre un refugiado gay hace historia en los Oscar

«Flee» el documental animado que compite en tres categorías de los Premios Oscar

«Flee«, del danés Jonas Poher Rasmussen, está nominada a mejor película internacional, de animación y mejor documental en los próximos Oscar. Este documental de animación, realizado así para proteger la identidad de su protagonista, narra la tremenda historia de un refugiado afgano homosexual en Europa.

Las tres nominaciones al Oscar se unen al galardón del prestigio Festival de Animación de Annecy (Francia), a los dos Premios del Cine Europeo -mejor documental y mejor filme de animación- y a otra cuarentena más de reconocimientos.

Es una historia sobre la identidad, también la sexual, ya que Amin (nombre ficticio) tuvo que vivir con las miradas y los señalamientos por ser homosexual. Amin no es un personaje inventado, sino que es un amigo real del director. «Le conocí cuando teníamos 15 o 16 años. Apareció una mañana en la pequeña ciudad de Dinamarca donde vivíamos. Él vivía al otro lado de la manzana, y nunca quería hablar de estos temas. Yo lo respetaba, pero era una caja negra en nuestra amistad que estuvo cerrada durante muchos años«, cuenta Jonas Poher Rasmussen.

Más allá de su evidente interés formal y conceptual, «Flee» es valiosa por la mezcla de delicadeza y claridad con la que parte de lo íntimo (una intimidad que se beneficia de la longeva amistad entre director y protagonista) para exponer un drama universal y sus terribles e inconsolables secuelas.

Ser refugiado no es una identidad

"Flee", el documental animado sobre un refugiado gay hace historia en los OscarHacer esta película hizo que Rasmussen cambiara su perspectiva sobre la migración. «Comenzamos a hacerla en 2013, en 2015 fue la crisis de los refugiados y, de repente, vimos a los refugiados por toda Europa«. Se dio cuenta de que ser refugiado no es una identidad, sino una circunstancia de la vida.

A pesar de la dureza de la historia, la película navega entre el humor, lo dramático y lo emotivo. Descubrimos la sexualidad de Amin cuando él se imagina a Jean-Claude Van Damme guiñándole un ojo desde la televisión. «Necesitábamos esa parte divertida, porque la película está contada desde nuestra amistad«, confiesa el director sobre algo que siempre tuvo claro. «No es una historia solo sobre refugiados. Claro que él lo fue, pero eso no te marca, una persona es mucho más. Él es académico, gay, tiene una casa, ama a los gatos, le gusta Van Damme y quería que todo eso estuviera en la película porque eso te conecta con él. Compartir una risa crea una conexión y es bonito, generas empatía«.

Fuentes: El PaíselDiario.esFotogramas

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