De las casi 100 «zonas libres de LGTBI» proclamadas en 2019 en Polonia, en 2025 solo quedaban dos, la última fue desmantelada el pasado jueves
Las «zonas libres de ideología LGTBI«, proclamadas por los gobiernos locales, hicieron que los ojos de toda la Unión Europea se volvieran hacia Polonia. El pasado jueves, Lańcut, el último condado de estas características revocó oficialmente la Carta del Gobierno Local sobre los Derechos de la Familia.
Para combatir la «ideología de género«, en 2019 surgieron iniciativas en muchas provincias, distritos, municipios y condados de Polonia . Los concejales aprobaron «resoluciones anti-LGTBI«, siguiendo los pasos del municipio de Kraśnik. En su exposición de motivos, el municipio declaró que el objetivo de la ley era «impedir que la ideología de género, que atentara contra la dignidad humana y el bienestar de las familias, entre a través de la administración local«.
Las «zonas libres de LGTBI» tenían esencialmente un carácter más bien declarativo. Según sus proponentes, pretendían oponerse a la «promoción y afirmación» de la denominada «ideología LGTBI«. Sin embargo, sus demandas se consideraron discriminatorias y homófobas. Los tribunales administrativos consideraron que las resoluciones interferían en la dignidad y la vida privada de las personas LGTBI.
El peso de la UE
El Parlamento Europeo también reaccionó ante las zonas, declarando en una resolución que la creación de zonas libres de LGTBI, aunque no implique la introducción de barreras físicas, «es una medida extremadamente discriminatoria que restringe la libertad de circulación de que disfrutan los ciudadanos de la UE«. Esto, a su vez, amenazaba con retener la financiación de la UE, que las autoridades locales estaban deseando utilizar.
En 2025, de las casi 100 zonas «libres de LGTBI«, solo quedaban dos: el condado de Debica, y el condado de Lańcut. Debica retiró la Carta de los Derechos de las Familias a finales de marzo, y Lańcut lo hizo el jueves pasado. Seguramente en el voto de los 15 concejales que votaron a favor de derogar la ley (solo 3 votaron en contra) pesaron las presiones políticas y económicas de la UE.