EDITORIAL.- Una conocida revista del corazón tenía una sección de curiosidades dividida en tres apartados: “Para pensar”, “Para reír” y “Para llorar”. La historia que os queremos explicar hoy da de sí para los tres. No es noticia de última hora ni rabiosa actualidad, de hecho hace días que circula por la red pero nos resistíamos a darla por no dar más publicidad al caso. Pero bien pensado, sacarla a la luz también servirá para estigmatizarla y con un poco de suerte nos dará para pensar y reír.
El caso es que una encantadora pareja de Idaho, Justin y Melanie Sease, no tienen nada mejor que hacer con su tiempo libre que cruzarse el país de punta a punta en una furgoneta anti gay. Como si en el mundo no hubiera causas por las que luchar, como si no hubiera guerras, ni hambre, ni enfermedades, ni terrorismo. Ellos están preocupadísimos por lo que llaman “extremismo homosexual”. Que vaya usted a saber en qué consiste eso, pero que los Sease están dispuestos a atacar con todos los medios a su alcance. Así que en un momento de iluminación no se les ocurrió nada mejor que llenar su vehículo familiar de slongans homófobos del tipo: “La homosexualidad es un pecado y una abominación”, “Di no al matrimonio gay”, “Dios no está muerto” y otras lindezas por el estilo dedicadas a la comunidad LGTBI. Para más inri con alguna que otra falta de ortografía, que digo yo que, aunque la brocha no tenga corrector, pintar una furgoneta debe dar tiempo para revisar el texto.
El señor Justin ha tenido a bien declarar en una cadena de televisión estadounidense que, “Nunca podremos aceptar la homosexualidad pública. La Biblia dice que cuando se acepta públicamente la homosexualidad, esta se expande como un cáncer”. El único cáncer por el valdría la pena luchar para que fuera erradicado en este caso, es la homofobia.
De momento la militante pareja de Idaho va a poder dedicar más tiempo a repintar su furgoneta porqué Justin ha sido fulminantemente despedido de su trabajo por homófobo. Si Dios está de su parte, tiene un sentido del humor un tanto especial.
Mientras ellos se pasean, nosotr@s seguiremos pensando y riendo, pero llorando lo menos posible. Vive y deja vivir.
Editorial Gayles.tv
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