El Vaticano condena la transexualidad en un severo documento aprobado por el papa Francisco, que vuelve a dar un giro regresivo a sus recientes aperturas
El Vaticano confirma su doctrina contra los cambios de sexo, la teoría de género y los vientres de alquiler. En un esperado documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, la Santa Sede ha publicado este lunes un elenco de lo que considera “graves violaciones” de la dignidad humana, condenando estos hechos al mismo nivel que el aborto o la eutanasia, siempre criticados por la Iglesia católica.
En la declaración ‘Dignitas infinita‘ establece que toda operación de cambio de sexo puede “atentar” contra la dignidad humana, salvo en casos de “anomalías genitales”.
“Toda operación de cambio de sexo, por regla general, corre el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción. Esto no significa que se excluya la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende”, asegura el Vaticano en el texto.
En este sentido, precisa que el cuerpo humano participa de la dignidad de la persona, ya que está “dotado de significados personales, especialmente en su condición sexual (…). Es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas”, asegura.
Un texto aprobado por el Papa, tras ser estudiado durante un lustro
El texto, fechado el pasado 2 de abril, redactado durante cinco años y aprobado por el Papa, está firmado por el cardenal prefecto del dicasterio Víctor Fernández, y se presenta como una “oportunidad” para la Iglesia de aclarar “algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana y de abordar algunas cuestiones concretas, graves y urgentes, relacionadas con ella”.
El Vaticano reitera que, independientemente de su tendencia sexual, toda persona debe ser “respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta y condena, a su vez, que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida, a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual”.
«El sexo biológico y el género se pueden distinguir, pero no separar»
Por otro lado, tilda de «inaceptable” las ideologías de género “que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles” y que procuran imponerse como un «pensamiento» único que determine incluso la educación de los niños. “No hay que ignorar” que «el sexo biológico y el papel sociocultural del sexo (género), se pueden distinguir, pero no separar”, apunta.
Además, lamenta los intentos de introducir nuevos derechos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos lo que “ha dado lugar a colonizaciones ideológicas, entre las que ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”.
También se refiere a la tendencia a negar la diferencia sexual que define como “la mayor diferencia posible entre los seres vivos”. Para el Vaticano, esta propuesta ideológica que presenta una sociedad sin diferencias de sexo “vacía el fundamento antropológico de la familia”.
“Debe rechazarse todo intento de ocultar la referencia a la evidente diferencia sexual entre hombres y mujeres. No podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios, que es anterior a todas nuestras decisiones y experiencias, donde hay elementos biológicos que es imposible ignorar”, añade.
Como viene siendo habitual, la iglesia dando lecciones de dignidad a la vez que encubre sus casos de pederastia.