EDITORIAL.- En Suecia una organización pacifista ha lanzado un insólito y divertido “sistema de defensa” contra submarinos rusos, que de paso afirma el reconocimiento de los derechos LGTBI en el país nórdico. Se trata de un artefacto con vistosas luces de neón que representan a un provocativo marinero, supuestamente gay, ataviado tan solo con un slip y una gorra. El marino está rodeado de corazones y mueve las caderas al ritmo que marca un enigmático mensaje en morse: “Por aquí, si eres gay”.
Dicho artefacto ha sido sumergido por los activistas de “The Swedish Peace and Arbitration Society” en las aguas del archipiélago de Estocolmo, con la intención de disuadir las posibles incursiones de submarinos rusos. Por si no bastara la imagen y el mensaje en morse para vetar a los homófobos, el plafón también lleva un mensaje en ruso e inglés que reza: “Bienvenidos a Suecia, gay desde 1944”. Que es el año en que la homosexualidad dejó de ser ilegal en el país, uno de los pioneros en garantizar la igualdad de derechos LGTBI.
La iniciativa, además de enfrentar las anacrónicas leyes de Putin contra el colectivo homosexual, supone una denuncia a la política del Gobierno sueco, frente a la creciente tensión que se está viviendo en el Báltico a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania. La cuestión es que el pasado octubre, fuerzas armadas suecas aseguraron haber detectado “actividad submarina” que, inmediatamente, fue vinculada por los medios de comunicación a una posible incursión rusa. La respuesta fue un aparatoso despliegue militar que incluía helicópteros, barcos pesca-minas y centenares de soldados. Con todo, la búsqueda del supuesto submarino resultó infructuosa pero, en cierto modo, ha servido para justificar un incremento de la inversión estatal en Defensa. Para los pacifistas se trata de un error: “Si las armas hubieran funcionado en la resolución de conflictos, ya tendríamos paz en el mundo desde hace mucho tiempo”. Con su campaña del marinero gay quieren demostrar que hay otros métodos pacíficos para evitar el conflicto.
La verdad es que da risa imaginar la situación en el puente de mando del supuesto submarino invasor en plan “- Kowalski, ¿está usted seguro de que nos están preguntando si somos gais?, – No señor, dicen que si somos gais sigamos adelante”. Haz el humor, no la guerra.
Editorial Gayles.tv
Televisión Online