Un adolescente polaco se enfrenta a una marcha del Orgullo con un crucifijo, un rosario y una neurona
GAYLES.TV.- Que un adolescente se enfrente a una marcha del Orgullo con un crucifijo y un rosario en la mano sólo puede significar que “El exorcista” y sus secuelas han hecho mucho daño. Porque se ha de ser tonto del culo (nunca mejor dicho) y estar muy confundido para hacer el ridículo de esas maneras. O eso, o muchos problemas para asumir la propia sexualidad.
El quinceañero en cuestión se llama Jakub Baryla (anda, como los macarrones!) y es concejal del Consejo Juvenil Plock en Polonia. Se define a sí mismo en Twitter como “católico, tradicionalista, conservador y patriótico”.
El chico se ha convertido en una sensación, incluso en un “heroe” para algunos sectores. Y es que la Providencia quiso que se cruzara en el camino de una marcha LGTBI que concentraba unas 1.000 personas en la ciudad de Plock el pasado sábado. En declaraciones al web conservador wPotityce.pl explicó que “tenía miedo de como reaccionarían las personas” (si las increpaba) pero decidió actuar al ver un icono de Nuestra Señora de Czestochowa con un halo arco iris.
“Pedí una cruz de un sacerdote de una parroquia de Płock. El sacerdote tenía miedo de los ateos que profanaban la Santa Cruz, pero me dio un crucifijo. Quería que tantas personas como fuera posible vieran mi gesto. Quería hacerlos reflexionar y discutir. Primero, caminé con una cruz en la mano frente al cordón policial que protege la Marcha por la Igualdad. Más tarde me senté en la acera y recé en latín con las palabras Salve Regina. Dirigí mi oración a la Madre de Dios, el ideal de la pureza. Los policías vinieron a mí y me pidieron que me saliera del camino. Dije que no podía hacerlo porque los participantes de la marcha están destruyendo mi fe católica y profanando la bandera polaca colocando un arcoíris sobre ella. Jesús y la cruz se levantaron contra el mal y los pecados. Nuestra santa fe nos manda a contrarrestar las malas acciones”.
Al final la policía antidisturbios levantó a Baryla del suelo aunque, según él, se comportaron impecablemente. “No pensé en el miedo. Estaba concentrado en la cruz que sostenía. Soy católico, así que me concentré en Dios, que me da fuerzas. Tengo la impresión de que Dios me estaba dirigiendo».
Por supuesto el chico se ha convertido en un símbolo para los sectores ultra católicos por su anatema enarbolando la cruz frente a las hordas del maligno.
Pobre chaval, tan joven, tan ignorante, tan manipulado por la reacción homófoba que no debe tener tiempo para preguntarse si entre los manifestantes habría algún cristiano homosexual.
Las redes sacan chispas sugiriéndole a Jakub que se vaya con el crucifijo a enfrentar al ejército de pedófilos que se ocultan bajo una sotana. El tweet más gracioso: la portada de un disco de José Ángel, autor del temazo “Madre Soy Cristiano Homosexual”. ¡Ver para creer!
Fuente: religionlavozlibre.blogspot.com
Fotografía: religionlavozlibre.blogspot.com
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