En estos días las diferentes celebraciones del Día del Orgullo o Gay Pride ocupan las calles de muchas ciudades y las tiñen con los colores del arco iris. Reivindicación, cultura, visibilidad y fiesta instan a la tolerancia y la igualdad.
Una buena ocasión para recordar qué se conmemora y para hacer balance de dónde venimos y cuál es el camino a recorrer. Se han cumplido ya 45 años de los disturbios de Stonewall que al año siguiente originaron las primeras marchas del Orgullo en Nueva York y Los Ángeles y, si bien es inmenso el avance que se ha producido desde entonces para la comunidad LGTBI, no conviene olvidar que éste también ha sido el año de las persecuciones en Rusia, las manifestaciones homófobas en Francia, los escarmientos públicos de gais con el pretexto de perseguir la pedofilia y las condenas de prisión y muerte en muchos países.
Desde la ignorancia todavía se pueden oír expresiones del tipo ”pero, ¿se puede saber de qué se sienten orgullosos?”, sin saber que el término inglés “pride” hace referencia a la dignidad intrínseca de cada ser humano. Dignidad más allá del sexo, orientación o identidad sexual.
Sigue vigente hoy la afirmación de un testigo presencial de Stonewall:
“Había algo en el aire, libertad, que hacía falta hacía mucho tiempo, e íbamos a luchar por ella”.
Montse Trillo, directora de contenidos de Gayles.tv