Raúl: «Me han dado una paliza y me han echado a la calle»
«Como pongas la denuncia, date por muerto. No puedo ver a los maricones, los odio«. Esta es la amenaza que recibió Raúl, un joven vecino de Fortuna (Murcia) de 18 años, tras denunciar que su madre y su padrastro por agresiones físicas y verbales.
Antes de ir a pedir ayuda a la Guardia Civil, Raúl acudió a un centro médico, donde le redactaron un parte de lesiones que fue aportado en la denuncia. Después de una fuerte pelea lo echaron de casa. Se quedó con lo puesto: sin ropa, sin dinero y sin sus pertenencias. Tras ese episodio, el joven se refugió en el domicilio de su abuela materna. Esto también supuso un motivo de disputa entre madre e hija. “Mi madre le decía a mi abuela que me dejara en la calle”, lamenta.
Amenazado por la familia
Su abuela intentó defenderlo de su hijo y de su nuera, pero esta la lanzó también al suelo, según cuenta Raúl. Su tío sacó un cuchillo del bolsillo, momento en el que intervino la Policía Local, que según denuncia el joven “no hizo nada, solo nos pidió los carnets de identidad y no lo detuvieron”. Tras esta nueva agresión el joven acudió al centro de salud de la localidad para que le curaran las heridas.
Según consta en el parte médico al joven le rompieron las venas de la boca, además de presentar sangre en toda la cavidad oral y numerosos traumatismos por todo el cuerpo, por lo que se le remitió al hospital para que se le realizara una radiografía de la boca. Raúl no pudo acudir al hospital porque no tuvo cómo desplazarse hasta él. Más tarde presentó ante la Guardia Civil una denuncia solicitando una orden de alejamiento contra sus tíos, que se suma así a la solicitada contra su madre y su padrastro.
Sin sus pertenencias
Con tan solo 18 años esta en la calle y amenazado por toda su familia por ser homosexual. Su madre le dijo que si retiraba la denuncia le devolvía su ropa, al no hacerlo Raúl está vistiéndose con la ropa que le dejan sus amigos. “Me han dejado tirado como a un perro”, lamenta. Mientras, su tía, que ha recibido su ropa como regalo de su madre, se jacta de ello en Instagram.
“En esa casa está toda mi ropa, 2.000 euros que tenía ahorrados en una caja fuerte y todas mis pertenencias”. La situación ha provocado también que su jefa le haya pedido que no acuda a su puesto de trabajo de camarero en unos días por miedo a represalias por parte de su familia.