Tal es la vergüenza y el desprecio hacia lo femenino en Afganistán, que algunas madres prefieren creer y hacer creer al mundo que han tenido un niño cortando el pelo y vistiendo a sus hijas como chicos. Existe una percepción social arraigada y dominante en Afganistán de que mientras no críes a un hombre, no eres nada, no vales nada. El periódico El Correo nos explica en un artículo esta realidad.
Se les llama ‘bacha posh‘, vestida como un niño en lenguaje Dari. Son hijos inventados. Solo cuando llegan a la pubertad y las niñas son casaderas y pueden sacar algo de ellas (ayudas económicas de sus maridos, etc.), les permiten recuperar su identidad y volver a ser mujeres.
Pero por si esto fuera poco, el drama va más allá. Crecen disfrutando de los privilegios de ser hombre en Afganistán: reciben una educación, pueden ir solos por la calle, vestir como quieran, jugar, reír, hacer lo que quieran, decir lo que quieran. Pero cuando llegan a la adolescencia, pierden todos estos privilegios. De un día para otro, sin más explicación que «ahora eres mujer, debes comportarte femeninamente, debes vestir un burka, casarte con este hombre, darle hijos y no abrir la boca nunca más. Debes ser invisible».
Existe una creencia que refuerza esta práctica. Si la familia viste a una niña como niño, la suerte hará que en un embarazo futuro esta madre alumbre a un varón. Los líderes religiosos hacen la vista gorda ante esta situación y las familias parecen practicarlo ampliamente y aceptarlo como una práctica natural y sana, en una sociedad claramente enferma.
Algunas ‘bacha posh’ han asegurado que ser criadas como niño aumentó su autoestima en la infancia y les sirvió para volverse mujeres independientes, con una educación, un trabajo y unas vidas satisfactorias. Pero en otros casos, el miedo a solo alumbrar chicas y que sus maridos las abandonarán o tomarán a otra esposa, lleva a muchas mujeres a sentir una inmensa inseguridad y miedo. Este sentimiento acaba haciendo víctimas a sus hijas y las convierten en un ‘bacha posh’. Ya que una mujer sin marido en Afganistán, es aún más invisible y despreciable que una mujer casada.
(Artículo vía El Correo: Las niñas niño de Afganistán)