“Querida Inés…”

Inés Arrimadas en MADO 2019 “Querida Inés…”

Guillem Clua publica en Twitter una carta dirigida a Inés Arrimadas que se viraliza en horas

GAYLES.TV.- El formato de Twitter no le resulta ajeno a Guillem Clua, fue la plataforma en la que publicó su historia fictícia sobre dos soldados de la Primera Guerra Mundial  basándose en una lápida que, de modo poco habitual, contiene dos nombres: Emili y Xaver. De él  resume la wikipedia que es dramaturgo, guionista, director de escena y periodista y a partir de hoy añadiremos que es el autor de un texto demoledor para Ciudadanos y muy especialmente para una de sus líderes, Inés Arrimadas.

Un hilo de 23 publicaciones, 23 perlas para desenmascarar políticas que, además de ningunearnos, nos tratan de idiotas. Y es que ya lo dice el refrán que “quien no quiera polvo que no vaya a la era”. Pero Inés es tozuda y le llueven los zascas como chuzos de punta porque ella es incombustible. Arrastra  por los platós una mochila llena de argumentos para negar el ridículo permanente que suponen sus viajes a la era. Y así le luce el pelo.

El texto de Clua no debe perderse en la premura efímera de Twitter por eso hoy, desde el respeto y el agradecimiento a Guillem, hemos querido recogerlo aquí íntegro y en formato editorial porque, de todas todas, nos identificamos con su contenido. Disfrutadlo.

“Querida Inés, No puedo dejar de mirar esta foto. Esa mirada encendida de alegría radiante, de misión cumplida, de regalos de Navidad recién abiertos. Es la mirada de la niña que cumple sus sueños, la de la victoria a pesar de todos y a pesar de todo.

Inés Arrimadas

Me habría encantado ver esa mirada en tu rostro en otras circunstancias. Era la misma mirada que teníamos todos, el millón y medio de asistentes a la manifestación del #Orgullo del sábado.

Celebrábamos los primeros 50 años de Stonewall, del principio de la lucha, del largo camino que nos permitió salir de los infiernos, y para hacerlo, homenajeábamos a los mayores, los pioneros que se rompieron la cara para que hoy pudiéramos gozar de algo cercano a la igualdad.

Teníamos esa mirada lista, la misma que tú. Y también el grito en la garganta y la sonrisa siempre puesta, adornada de brillantina, música y amor, y siempre en el recuerdo, la certeza de que todos juntos somos mejores, de que nada se consigue si no vamos a una.

Todo eso daba sentido a nuestro Orgullo y alimentaba la esperanza de un mundo mejor para todos, hasta que apareciste tú.

Apareciste sin intención alguna de compartir el motivo de la manifestación. Ni siquiera quisiste firmar el manifiesto que le habría permitido a tu partido a participar sin problema alguno.

No podías firmarlo, porque eso implicaba denunciar tus pactos con la extrema derecha, a los que tú negabas haber llegado. Pactos a los que llegasteis en Andalucía y de los que hoy mismo tenemos foto en Madrid.

Apareciste con una pancarta que decía “Al Orgullo vamos”. Ni una reivindicación para el colectivo, ni un recuerdo para los ausentes, ni un ápice de solidaridad con un colectivo discriminado que solo lucha por la igualdad.

Apareciste con un lanzallamas y cargada de gasolina, para arrasar con la memoria de aquellos a los que queríamos homenajear. Allí solo importabas tú, tú y tu agenda, salir en los medios, correr un tupido velo sobre tus pactos con un partido que nos detesta.

Había que hablar a toda costa de otra cosa. Allí las víctimas teníais que ser vosotros. Y la estrategia estaba clara: la has llevado a cabo en Catalunya, en Euskadi, en el 8M (recordemos el «feminismo liberal»)… ahora no ibas a ser menos.

Como siempre, tu intención era apalear al perro hasta que te mordiera y luego enseñar la herida a los medios. Pero te salió mal. Nadie te mordió. No mordimos el anzuelo. Estabais rodeados de cámaras y ni una grabó nada.

Inés Arrimadas en el Orgullo

Tuviste todo nuestro desprecio. Eso sí. Aún lo tienes y siempre lo tendrás por lo que has intentado hacer, pero no hubo violencia, no hubo agresiones, solo hubo un profundo, hondo y unánime rechazo.

Y a pesar de eso sonríes. Porque sabes que lo has logrado, que has roto consensos antes incuestionables, que los medios te han dado una plataforma para presentarte como una víctima, cuando la realidad es que tú jamás has sido víctima de nada.

Serás una víctima cuando te echen de tu trabajo por ser LGTBI.

Serás una víctima cuando te escupan en el metro por besarte con tu novia, como acaba de pasar en Barcelona.

Serás una víctima cuando te peguen una paliza por Chueca porque no caminas como es debido.

Serás una víctima cuando te quieran imponer una terapia de conversión para que ames o seas lo que un obispo considera que es correcto.

Serás una víctima cuando tus representantes políticos te digan que eres un ciudadano de segunda o te convierten en un paria “que deja hedor en las calles”.

Serás una víctima cuando tus derechos sean moneda de cambio para que un partido que se denomina liberal ocupe cuatro sillones en un ayuntamiento.

Serás una víctima cuando formes parte de un colectivo discriminado que siempre se ha defendido con dignidad y sin violencia y a pesar de eso te llamen fascista.

Serás una víctima cuando desde los medios te llamen “gaytasuno”, “la manada de Marlaska” y otras lindezas y no se dé voz a nadie que te defienda.

Pero nada de eso te ha pasado a ti. Por eso no entiendo tu sonrisa… Hasta que me doy cuenta de que la tuya no es la sonrisa de la víctima que ha dejado de serlo…

…sino la sonrisa del verdugo. Y tanta alegría en tus ojos, debería darnos escalofríos a todos.

¡GRACIAS, GUILLEM!

Fuente: elNacional.cat, Twitter Guillem Clua

Fotografía: Twitter

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