Cuando fuimos “vagos y maleantes”

Cuando fuimos “vagos y maleantes”

Hace 40 años que los “actos de homosexualidad” dejaron de ser considerados ilegales y punibles en el estado español

GAYLES.TV.-  Hoy, 26 de diciembre, se cumplen 40 años de la derogación de ciertos artículos de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social que afectaban a los homosexuales. El 26 de diciembre de 1978 , los ministros de Adolfo Suárez escucharon en el Congreso los argumentos a favor y en contra de la modificación de la citada ley. Casi por unanimidad ( 284 votos emitidos, 278, A favor y 6 abstenciones) se suprimieron algunos artículos de la ley franquista que incluía a aquellos que practicaban la mendicidad, la homosexualidad, el vandalismo, el tráfico y consumo de drogas, la venta de pornografía, prostitución y proxenetismo, inmigrantes ilegales y a cualquiera que fuera considerado peligroso social por el régimen.

La de Peligrosidad Social  era una ley del código penal español que había sido aprobada por el régimen franquista en agosto de 1970 viniendo a sustituir a la Ley de Vagos y Maleantes que durante decadas había servido para controlar a todos los individuos considerados antisociales.

La Ley establecía penas que iban desde multas hasta penas de cinco años de internamiento en cárceles o centros psiquiátricos para la «rehabilitación» de los individuos. La consideración de “enfermos” impedía que disfrutaran de ciertos beneficios aplicados a quienes estaban en prisión, de ese modo el indulto de 1975 y la amnistia de 1976 promulgados tras la muerte de Franco, no incluyeron a ninguno de los considerados peligrosos sociales. No eran presos, eran enfermos y en consecuencia no podían ser indultados ni amnistiados.

Resulta obvio que esas leyes, junto a la de “escándalo público”, fueron usadas de forma sistemática para reprimir la homosexualidad y la transexualidad durante el franquismo y hasta bien entrada la democracia. Las definiciones que se utilizaban en los textos legales ya dicen mucho de la consideración de las conductas: invertidos, pederastas pasivos, actos contranatura, repugnante vicio nefando y una larga lista de insultos y descalificaciones.

Bajo el paraguas de esas leyes se detenía, se encarcelaba en prisiones y manicomios e incluso en campos de reclusión creados expresamente para los homosexuales, el de Huelva para los activos y el de Badajoz para los pasivos. Y otros innumerables lugares como Tefía en Fuerteventura o las galerías especiales para homosexuales en la Modelo de Barcelona, Valencia y Carabanchel dónde se habilitaban módulos para recluir a este tipo de presos. Desde el conocido como el Palomar, en la tercera planta de la prisión madrileña, varios reclusos saltaron al vacío para quitarse la vida.

El panorama era absolutamente desolador: psiquiatras, terapias aversivas, electroshock e incluso lobotomizaciones que dejaban a los chicos como vegetales de por vida. La única salida era refugiarse en matrimonios falsos o suicidarse.

Fue la lucha de los colectivos homosexuales la que consiguió la modificación de la ley sobre el escándalo público en 1983, y su posterior derogación en 1989. La ley de Peligrosidad Social desapareció completamente el 23 de noviembre de 1995. Hace poco más de 20 años.

El ayuntamiento de Barcelona ha tirado adelante una macro causa de condena de los crímenes contra el colectivo cometidos durante el franquismo e invita a víctimas y testimonios a dirigirse a la oficina de no discriminación para sumarse a ella.

En resumen, tan sólo han pasado 40 años desde que gran parte del colectivo LGTBI dejó de ser considerado enfermo y los logros obtenidos desde entonces son el fruto de la lucha de todo el colectivo. Ya se alzan voces que quieren echar el reloj de la historia hacia atrás y nuestra consigna hoy como entonces tan solo puede ser una: ¡NO PASARÁN!

Fuente: cadenaser.com, eldiario.es, publico.es

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