Un monumento en el Greenwich Village honrará la memoria de Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, mujeres transexuales y figuras clave del movimiento de liberación LGTBI
GAYLES.TV.- Se acaba de abrir un concurso internacional para erigir un monumento a personas transexuales, el primero en el mundo. Se erigirá en memoria de Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. Estas dos mujeres transgénero lucharon hasta el final de sus días por los derechos de los más marginados entre los marginados: jóvenes gais, lesbianas y transgénero que habían sido expulsados de sus familias y también personas sin recursos que se habían contagiado del VIH.
Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera compartieron además de una gran amistad, la calle, desprecios, prostitución, drogas y la marginación por su raza (Marsha era de raza negra y Sylvia de origen latino) y una dura infancia.
Hoy la ciudad de Nueva York quiere rendirles homenaje con un monumento que muy probablemente se ubicarà en Greenwich Village, concretamente en el Triangulo de Ruth Wittenberg a muy poca distancia de Stonewall, el lugar donde hace ya 50 años se inició la lucha por los derechos de las personas LGTBI.
Y precisamente Sylvia Rivera fue una de las principales protagonistas de esa revuelta. La noche en que la policia intento entrar en el bar de Stonewall a practicar una de las habituales redadas y se encontró con la oposición y el hartazgo de los clientes que les plantaron cara, Sylvia luchó por sus derechos como una leona, con uñas, dientes y con cócteles molotov fabricados con el alcohol del local. Tres días que unieron a un colectivo que después tendría poca memoria para quienes junto a gais y lesbianas se habían dejado la piel luchando: las personas transexuales como Marsha y Sylvia.
La propia Rivera estalló contra los activistas del movimiento LGTBI con frases y discursos memorables como el que en 1973 le hizo exclamar: “Ustedes me dicen que me vaya y esconda mi cola entre las piernas. Ya no aguantaré más esta mierda. He sido golpeada, me han roto la nariz, me han encarcelado, he perdido mi trabajo y mi apartamento. Y todo por la liberación gay y ¿todos ustedes me tratan de esta manera? ¿Qué diablos les pasa a todos?”.
La decepción hizo que se alejara del movimiento LGTBI pero no acabó con su sentido de la justícia por eso, junto a su amiga Marsha, fundó “Street Transvestite Action Revolutionaries» que entre otras cosas creó un refugio para dar cobijo a jóvenes transgénero que la sociedad había condenado a la prostitución y la miseria.
Los monumentos dedicados a personas LGTBI son prácticamente inexistentes en el mundo y en la propia Nueva York, donde se erige uno en recuerdo de la revuelta de Stonewall, se trata de figuras anónimas y pintadas de blanco, obra del artista pop George Segal. Por ello, en una entrevista concedida la pasada semana, Chirlane McCray, primera dama de la ciudad, afirmó: “es importante que un monumento como éste tenga nombre y cara. El movimiento LGBTQ fue retratado como un movimiento masculino, blanco y gay. Este monumento (a dos mujeres de color y transexuales) contrarresta esta tendencia de blanquear la historia”.
Merece la pena ahondar en la vida de estas dos mujeres que pasaron por la vida brevemente pero dejando una huella imborrable y con las que siempre estaremos en deuda. Y no podemos cerrar este articulo sin recordar otra cita memorable atribuida a Sylvia: “No hay furor en el infierno como el de una reina que es despreciada”.
Fuente: notasperiodismopopular.com, nytimes.com
Fotografía: Justin Sutcliffe / Associated Press, Netflix
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