La frase “más barato que en Andorra”, se popularizó en los años sesenta cuando también empezaron las excursiones al “pequeño país de los Pirineos”. La práctica ausencia de impuestos favorecía el tráfico de cámaras fotográficas, ropa de esquí, tazas de duralex y otras bagatelas con los vecinos países de Francia y España.
Lo que al parecer también se está vendiendo barato en Andorra es la dignidad de algunos de sus ciudadanos. Recientemente y a propuesta del Partido Socialdemócrata, se ha debatido en el Parlamento Andorrano la ley que debe regular las uniones civiles entre personas del mismo sexo. El escollo insalvable ha resultado ser la definición de “matrimonio” y la igualdad en lo que respecta a los derechos de adopción. Los Demócratas por Andorra, con mayoría absoluta en el Gobierno Andorrano, se doblegan así a las amenazas del Arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, que declaró la incompatibilidad de su cargo como Copríncipe de Andorra con la aprobación del matrimonio gay.
Andorra es un coprincipado parlamentario donde la jefatura del estado la ostentan el Arzobispo de Urgell y el Presidente de la República Francesa. Un bellísimo país que a duras penas consigue sacudirse la etiqueta de paraíso fiscal. Los andorranos no merecen vivir bajo la doble moral de los que no ven problema alguno en favorecer la evasión de impuestos de ciudadanos de países vecinos mientras niegan la igualdad de derechos del colectivo LGTBI.
Montse Trillo, directora de contenidos de Gayles.tv