GAYLES.TV.- No es nuestra intención poner en cuestión las dotes artísticas de Tom Jones, hay que reconocerle una voz impresionante y una lista de éxitos que vienen a corroborar que nunca fue un producto de márketing, sino alguien que mereció llegar a la cumbre por su talento musical.
Dicho esto, lo que ya no nos hace tanta gracia del “tigre de Gales” es su insufrible machismo, chulería, engreimiento y por si le faltaba alguna virtud, a la lista ha venido a sumarse la homofobia.
En unas declaraciones recientes a la revista The Big Issue, reconoció que al incorporarse al mundo de la música, se volvió un «paranoico con los homosexuales». Invitado a aclarar que había querido decir con eso, el cantante se explayó: “Yo estaba avisado sobre la mayoría de aspectos de la industria de la música, pero cuando me encontré con el productor Joe Meek, me vine abajo, porque era homosexual. Pensé ¿Entre la gente que dirige el mundo del espectáculo británico hay tantos homosexuales? Porque si es así, me vuelvo a Cardiff». Después añadió que cuando Peter Sullivan pasó a ser su manager, le preguntó directamente: «¿No serás uno de esos maricas?’ Me volví paranoico, ¿sabes? Pero luego me di cuenta de que sólo dio la casualidad de que el primer chico para el que grabé era un productor homosexual. Una vez que superé el choque me di cuenta de que la mayoría de gente era normal. Bueno, no me quiero poner así, los homosexuales son normales, es sólo que son lo que son«.
A Tom Jones le ha sorprendido el revuelo ocasionado en las redes sociales por sus declaraciones y se ha defendido con un Twitter en el que, para más inri, intenta darnos lecciones, «¡Contexto!, la historia va sobre el conocimiento/actitudes en los 50 y 60. A eso se le llama historia».
Muy probablemente esta enésima barbaridad del macho alfa Tom Jones tenga mucho de maniobra publicitaria si tenemos en cuenta que recientemente fue despedido como coache del concurso “La Voz” en donde había colaborado durante cuatro temporadas para ser sustituido por Boy George, alguien que siempre ha hecho gala de una estética andrógina. Parece que la cosa no le ha hecho mucha gracia al tigre.
En sus mejores tiempos Tom Jones llegó a jactarse de acostarse con una media de 250 fans al año, las fichaba en sus conciertos y miembros de su equipo, cuando no su propio hijo, las acompañaban al camerino. Lástima que alguna no vio claro que el cantante confundiera lo de firmarle un autógrafo con llevársela al huerto y presentó denuncia por violación con informe médico de desgarros vaginales incluidos. Ahora en su biografía que, casualmente, está promocionando, la “bomba sexual” suaviza diciendo “la carretera ofrece tentaciones a las que difícilmente puedes sustraerte”. ¡Hay que joderse, con perdón!
Eso sí, el tigre se permite el lujo de darnos clases de historia y de normalidad. Y digo yo, ¿qué habrán hecho los pobres felinos para tener que cargar con esta cruz en su familia?
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