EDITORIAL.- Google acaba de retirar de su tienda de aplicaciones el juego “Ass Hunter”, que podríamos traducir como “Cazador de traseros”, una APP que se podía descargar a través de la plataforma Android.
La aplicación, en la línea de los juegos de zombis y otras criaturas de ultratumba, consiste en perseguir por la jungla a una especie de plaga de individuos que corren desnudos y que por lo visto son gais. El jugador controla a un cazador que debe darles caza y matarlos a tiros. Al apuntarlos aparece una diana en el trasero de la víctima y un lema que dice algo así como “cazar”. Si el cazador falla en su intento, los gais se abalanzan sobre él, lo atacan y tras una nube de polvo podemos ver imágenes explicitas donde es violado.
En la descripción de la App en Google Play podía leerse: «El popular juego para dar caza a los homosexuales llega a Android. Juega y no seas gay»
Mashable, blog que trata regularmente temas relacionados con las redes sociales, explica que Ass Hunter ha existido en páginas de juegos flash desde hace una década, pero que no había aparecido en una página del nivel de Google Play hasta este mes de noviembre.
La presencia de “Ass Hunter” desvela la falta de control real sobre las aplicaciones que se aceptan en Google Play. La empresa tiene una política que deben cumplir los desarrolladores, que incluye la prohibición de contenidos que inciten a la violencia. «No se permite la publicación de contenido que fomente el odio hacia los miembros de un grupo por su raza u origen étnico, religión, discapacidad, sexo, edad, condición de veterano militar o identidad u orientación sexual». Sin embargo, y a diferencia de Apple con la App Store, Google permite a sus desarrolladores, publicar contenidos sin una revisión previa.
El pasado domingo circularon por Twitter críticas hacia el juego que forzaron a la compañía a retirarlo. Para entonces ya se habían registrado un total de 10.000 descargas e incluso 200 usuarios habían valorado el juego con una media de 5.
Más allá del hecho de que el juego sea retirado de las grandes plataformas, la cuestión principal debiera ser el hecho mismo de que el juego exista y que sus desarrolladores no sean legalmente perseguidos. En algunos medios se comenta que los creadores podrían ser de origen francés, pero pensamos que no se trata de andar con especulaciones, sino de utilizar los medios necesarios, que obviamente existen, para localizar a aquellos que divulgan este tipo de aplicaciones y que además obtienen un beneficio económico de ellas. No es la primera vez que un juego de estas características genera polémica. Este mismo año Google retiró de su tienda uno en el que se animaba a bombardear Gaza. ¿Esperamos a ver sillas de ruedas despeñadas por acantilados y minorías varias achicharradas con lanzallamas o actuamos ya?
Editorial Gayles.tv
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Chale no hubieran borrado el juego