Habrá 131 atletas abiertamente LGTBIQ+ en los Juegos Olímpicos de Tokio
Son muchos los atletas que tienen miedo de salir del armario por razones que van desde el posible acoso que puedan sufrir, hasta la pérdida de patrocinadores y contratos comerciales que los ayuden a promover sus carreras. Sin embargo, muchos expertos aseguran que en la actualidad aquellos deportistas que optan por visibilizarse revalorizan su imagen comercial cuando se convierten en iconos para la comunidad LGTBIQ+.
Quizás por esto los Juegos Olímpicos de Tokio serán los más diversos de la historia y 131 atletas LGTBIQ+ han confirmado su participación. Esta cifra es la más grande registrada hasta ahora en unos Juegos Olímpicos. En 2012 participaron un total de 23 atletas identificados como LGTBIQ+, mientras que en Río 2016 fueron 56.
Son al menos 25 países distintos los que estarán representados en distintas disciplinas por atletas que se identifican como gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, queer y no binaries de manera pública. Estados Unidos es el país con mayor número de atletas LGTBIQ+, con un total de 30 deportistas. Le siguen Reino Unido, con 15; Países Bajos, con 12: Canadá, con 11; Nueva Zelanda y Australia, con 9, respectivamente; y Brasil, con siete, indicó Outsports.
Laurel Hubbard, la primera transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos
Desde las regulaciones derivadas del Consenso de Estocolmo sobre la reasignación de sexo en los deportes en 2003 , no ha habido un atleta transgénero que haya participado en los Juegos Olímpicos.La levantadora de pesas de Nueva Zelanda Laurel Hubbard tiene su mejor oportunidad en Tokio para hacer historia.
Hubbard, que tiene ahora 43 años, será la primera atleta transexual en unos Juegos. El Comité Olímpico de Nueva Zelanda lo anunció remarcando que la halterófila cumple con todos los criterios de elegibilidad exigidos por el Comité Olímpico Internacional (COI). El director general del comité neozelandés, Kereyn Smith, declaró: “Reconocemos que la identidad de género en el deporte es una cuestión muy sensible y compleja que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la equidad en el terreno de juego”. Hubbard, por su parte, dijo sentirse “honrada y agradecida”.
El último reglamento del COI (2015), el que elimina ya la necesidad de operaciones quirúrgicas, establece que quien quiera participar como mujer tiene que declararse mujer. Además, fija en un tope de 10 nanogramos de testosterona por mililitro de sangre el máximo que puede tener una mujer para participar en pruebas femeninas. Eso les exige la toma de medicación para bloquear la llamada hormona masculina, la de la barba y la fuerza. Para las mujeres que hagan la transición a hombres no hay exigencia. Coletazos del patriarcado.