EDITORIAL.- La noticia de que la Reina Isabel II había prohibido el uso de la App de contactos gais Grindr en Buckingham Palace está circulando por los medios de comunicación LGTBI y por algunos generalistas como el Daily Mail.
Al parecer la policía del palacio considera que el uso de este tipo de aplicaciones “pueden comprometer la seguridad de la Monarca” y que “tiene fuera de control” las entradas y salidas de acompañantes de los trabajadores de palacio». Por lo visto el departamento de seguridad de la Reina ya había advertido directamente a los más de 800 trabajadores entre los que se encuentran camareros, guardaespaldas, mayordomos, personal de limpieza y cocina, sobre el riesgo que implica el uso de esas App.
Lo que no queda claro es el protocolo de visitas de los trabajadores de Buckingham Palace, ya que si bien tienen explícitamente prohibido llevar invitados a palacio, al parecer sí se les permite introducirlos en sus habitaciones privadas pasando, eso sí, un control de entrada y salida. Sinceramente no se entiende, ¿pueden o no pueden recibir visitas? Y en caso afirmativo, ¿qué tipo de visitas? Porque lo que al parecer preocupa a la policía de palacio es “el número de invitados de funcionarios que pernoctan en palacio, especialmente con los que acaban de conocer”. La misma fuente informa que, a partir de la prohibición de este tipo de App., serán vigilantes de palacio los que controlen las entradas y salidas. Sigue sin entenderse el tema ¿no se supone que ya lo estaban haciendo?
Sólo al final del texto se puede leer que también serán prohibidas otras aplicaciones de contactos por geolocalización.
Sinceramente, parece legítimo que las visitas fuera de control de desconocidos en un lugar tan sensible para la seguridad nacional como la residencia de la Monarca, sean supervisadas especialmente. Y si ello implica prohibir el uso de geo localizadores o revisar el protocolo de visitas, también parece razonable.
Particularmente preocupa el alarmismo que se crea al destacar únicamente la prohibición de Grindr y no dejar claro que no solo se pretende controlar a los trabajadores gais, sino que también los contactos heterosexuales estarían bajo sospecha. Si realmente hay una vertiente homófoba en todo este asunto debe ser denunciada, pero si no es el caso, a quien debería pedirse explicaciones es a los medios que han difundido la noticia con lagunas de información interesadas. Estarían incurriendo en aquel dicho periodístico “No dejes nunca que una noticia te anule un buen titular”.
Editorial Gayles.tv
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