Debido al incremento de leyes anti-LGBTQ+ aprobadas en diferentes parlamentos del país Human Rights Campaign declara el estado de emergencia nacional
Por primera vez en sus 40 años de historia, Human Right Campaign (Campaña por los Derechos Humanos), la organización más grande de Estados Unidos dedicada a la defensa de los derechos LGTBIQ+, ha hecho sonar todas las alarmas y ha declarado el estado de emergencia en el país norteamericano.
El motivo, el incremento «peligroso y sin precedentes» de las legislaciones contra este colectivo en diversos estados del país. Desde que comenzó el año y hasta principios de este mes de julio, la organización ha contabilizado la presentación de más de 525 proyectos legales anti LGTBIQ+ en las cámaras de representación estatales, más del doble de los que se habían presentado en todo 2022.
Denuncian que más de 70 de estos se han convertido ya en leyes que han entrado en vigor, y que del total de las normas en debate, más de 220 están dirigidas específicamente contra la comunidad trans.
En un informe titulado «LGTBIQ+ americans under attack», afirman que esta nueva y masiva hornada de leyes discriminatorias son el resultado un esfuerzo coordinado del Partido Republicano.
Pero señalan que el partido conservador está apoyado por «grupos extremistas bien financiados» como la Alliance Defending Freedom, la Heritage Foundation o la Family Policy Alliance, organizaciones ultracatólicas que financian campañas y políticas contrarias a los derechos sexuales y reproductivos y de los colectivos LGTBIQ+.
Perseguir al colectivo a través de nuevas leyes
La organización llama la atención especialmente sobre lo que está sucediendo en estados como Texas, Tennessee o Florida, donde se está prohibiendo a los profesores hablar de temas relacionados con los derechos sociales, los derechos de la población negra, o LGTBIQ+ o de salud sexual y reproductiva.
Reprochan que junto a estas políticas defendidas por los ultraconservadores como una forma de proteger a los menores, estos estados «no hacen nada para ponerlos a salvo de la violencia de las armas«, un goteo de asesinatos que se producen a lo largo y ancho del país desde hace décadas.
La avanzada ultraconservadora ha llegado a extremos tales como prohibir libros de texto, o libros de autores reconocidos de las escuelas y las librerías.
También a criminalizar y despedir a profesores por haber utilizado en clase una película de Disney en la que aparece un personaje gay o haber introducido en clase debates o materias que los padres consideren «ideológicas«. La denuncia de un solo progenitor sirve para abrir una investigación e incluso un expediente a un docente.
Uno de los estados que está poniendo en marcha algunas de las políticas más duras es el de Florida, donde el gobernador Ron DeSantis ha puesto en marcha leyes y políticas contra la población migrante, negra, LGTBIQ+ y contra los derechos de las mujeres, especialmente todo lo concerniente a los derechos sexuales y reproductivos y el acceso al aborto.
En las últimas semanas, muchas personas han decidido abandonar el estado por temor a sufrir persecución por ser migrantes, LGTBIQ+ o negras. Algunas familias con hijos trans han decidido abandonar sus hogares en estos estados por temor a que sus hijos sean agredidos o asesinados y por la creciente discriminación hacia este colectivo.
Retirada de la patria potestad por tener hijos trans
La Casa Blanca ha mostrado su preocupación por esta avanzada ultraconservadora en algunos Estados como el de Florida. En una reciente comparecencia, el Gobierno ha denunciado que en dicho estado y sólo en un día se presentaron 20 leyes contra los derechos de la población LGTBIQ+.
También criticó la campaña de criminalización en dicho estado hacia los progenitores cuando buscan ayuda para sus hijos de este colectivo. Entre las normas en debate en Florida, por ejemplo, hay una que permitiría a las autoridades quitarle la custodia a progenitores de menores trans.
DeSantis, uno de los gobernadores más conservadores, se ha lanzado a las primarias republicanas para las elecciones presidenciales del año que viene.
Acoso y boicot a las empresas que defienden los derechos LGTBIQ+
Defender los derechos de la comunidad LGTBIQ+ se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo para algunas empresas estadounidenses. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, abrió la espita con su hostigamiento a Disney, pero los grupos conservadores han puesto en la diana a numerosas empresas con acoso y amenazas de boicot por sus políticas o mensajes inclusivos.
Late una ofensiva contra los principios de inversión sostenible —criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa—, que algunos conservadores atacan como una imposición progresista. Muchas empresas, pese a todo, mantienen su apoyo orgullosas.
Antes, la preocupación de algunas empresas era que su apoyo a la comunidad LGTBIQ+ se percibiese como poco auténtico. Que los acusaran de pinkwashing. Ahora, el temor es ser objeto de una campaña de acoso y boicot. Los activistas antiLGTBI no ocultan sus intenciones: “El objetivo es convertir el orgullo en algo tóxico para las marcas. Si deciden echarnos en cara esta basura, deben saber que pagarán un precio. No valdrá la pena lo que crean que van a ganar. Sigamos adelante”, señalaba el autor, activista y comentarista conservador Matt Walsh, con 2,1 millones de seguidores en Twitter.