NEWS.- Hoy ha sido presentada una demanda contra todos los homosexuales del planeta Tierra. Tal como suena. Tú que estás leyendo estas líneas, yo que las escribo, este, esa, aquel, esta, aquella, todas, todos, más de 700 millones de personas deberán responder a la denuncia presentada en los juzgados locales de Nebraska (EE.UU) por Sylvia Ann Driskell, una mujer de 66 años que actúa como “embajadora de Dios Todopoderoso y su hijo, Jesucristo”, alegando que aporta “pruebas que demuestran que la homosexualidad es un pecado”.
Como trastorno mental lo que le pasa a esta señora tiene un nombre, pero no es éste el lugar más apropiado para tratar el tema, lo que sí indigna es el hecho de que un juzgado haya admitido a trámite la demanda. Va a resultar que Estados Unidos es una teocracia y que los americanos mantienen con sus impuestos un estamento judicial que gasta su tiempo y sus recursos en dirimir si “la homosexualidad es un pecado o no lo es”. Se utiliza la Biblia como si fuera el código penal y luego resulta que nos rasgamos las vestiduras cuando ciertas sociedades musulmanas pretenden regirse por la sharia o ley musulmana.
Y lo peor no es que a esta señora se la tomen en serio en un juzgado, no. Cabrea la ignorancia con la que cita los textos sagrados e invoca una supuesta trayectoria de la Iglesia como institución. Sylvia Ann Driskell afirma que “La forma en que están destruyendo nuestra Nación o Estado es destruir su moral. Mirad lo que sucedió en Sodoma y Gomorra”. Pues bien resulta imposible analizar aquí todos los estudios teológicos que se han hecho sobre la cuestión de Sodoma y Gomorra. Nos limitaremos a una cita reveladora:
–Ezequiel 16:49-50 “Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50 Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido” Soberbia, gula, apatía…. ¿homosexualidad? ¿dónde se habla de homosexualidad?
John Boswell, un prestigioso historiador de la Universidad de Yale, recorrió todas las grandes bibliotecas de Europa, incluida la Vaticana en busca de los manuscritos que documentaran los rituales religiosos matrimoniales efectuados durante toda la Edad Media por sacerdotes católicos y ortodoxos en el recinto de las iglesias para consagrar bodas entre personas del mismo sexo. Boswell recopilo un total de 80 manuscritos originales de las ceremonias de bodas gais, en las que, por supuesto, se invocaba como protectores a San Sergio y San Baco.
Lo dicho, fachas, homófobos e ignorantes.
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