ÚLTIMA HORA.- Es un titular desnudo para alguien que tanto amaba la poesía, alguien que el mismo día que le comunicaron que tenía un cáncer publicaba en su cuenta de Twitter unos versos de José Ángel Valente: “Tu cuerpo puede/ llenar mi vida,/ como puede tu risa/ volar el muro opaco de la tristeza”. Ese cáncer que esta madrugada nos lo ha arrebatado a los 54 años dejándonos solos frente a ese muro de tristeza opaca. Pero es que el dolor es desnudo y sin aristas.
Hoy se publicarán elegías, panegíricos, loas y resúmenes biográficos dónde es imposible que quepa un corazón tan grande como el que latía en el pecho de Zerolo. Porque decir que fue un luchador, que fue un activista, que hasta el último momento estuvo en la trinchera es cierto, pero no expresa el agradecimiento de miles de personas que hoy son más libres y más felices gracias a su esfuerzo.
No es necesario enumerar aquí las responsabilidades que con tanta integridad asumió, sus militancias, su entrega porque son cosas bien sabidas. Antes preferimos recoger sus palabras, hoy que tan grande es el vacío que deja su pérdida:
“Soy un servidor público, soy transparente. Mi vida ha sido una lucha continua y constante. Yo recomendaría a todos que fuéramos activistas de nuestra propia vida, porque si no la vida se te va sin poder actuar. Hay que vivir sin miedo, porque sin miedo sientes que la fuerza está contigo, sin miedo sientes que la vida está contigo”.
Estás palabras forman parte de la entrevista que Gayles.tv le realizó el pasado año con el título de «Pedro Zerolo, vivir sin miedo» que podéis visionar siguiendo el enlace del título.
Desde aquí queremos expresar todo nuestro apoyo a su marido, Jesús Santos y desearle que pueda encontrar consuelo en el reflejo del amor que Pedro sembró en las vidas de tanta gente.
Hasta ayer mismo fue diputado electo en la Asamblea de Madrid, pero ayer no pudo recoger el acta que lo acreditaba como tal. Y si el titular de inicio fue desnudo, que sea Miguel Hernández quien ponga fin a este adiós con sus versos. Descansa en paz, Pedro, hasta siempre compañero.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
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