La activista trans Shintra Ratri recibió el premio Casa Asia 2022 y su muerte ha conmocionado a la comunidad LGTBI
La activista indonesia por los derechos de la comunidad LGTBI, Shinta Ratri ha fallecido este miércoles a los 60 años. La ONG Gaya Nusantara confirmó la muerte de Ratri, una mujer musulmana transexual que se identifica como «waria«, que en indonesio hace referencia a las personas transgénero o entre dos identidades.
Ratri era una de las voces más influyentes a favor de los derechos LGTBI, en especial de las personas trans en Indonesia y es la fundadora de la única escuela coránica para la comunidad LGTBI islámica en Yogyakarta, conocida como Pondok Pesantren Waria Al-Fatah. El año pasado fue galardonada con los Premios Casa Asia 2022, que desde 2004 reconocen y difunden la labor de individuos y entidades, tanto públicas como privadas, que promueven el conocimiento, el diálogo y las relaciones entre España y la región de Asia-Pacífico.
Conmoción en la comunidad LGTBI
La noticia de su muerte ha generado conmoción entre la comunidad y activistas LGTBI, quienes rindieron tributo y alabaron su trabajo. «Shinta Ratri, activista de derechos humanos, pionera musulmana transgénero en Indonesia y directora de una escuela islámica para mujeres transgénero en Yogyakarta, falleció hoy. Que su alma sea bendecida y su lucha sea continuada por otros«, escribió en Twitter el activista y académico Anmar Alfikar.
En sus trayectoria como activista, Ratri ha plantado cara al aumento del fundamentalismo islámico observado en los últimos años en la política de Indonesia, donde casi el 90% de los más de 260 millones de habitantes son musulmanes y practican una versión moderada del islam.
Ratri recibió en 2019 el galardón Front Line Defenders Award en honor a su dedicación y coraje como activista de derechos humanos, una labor que le rindió ataques y agresiones, entre ellos un violento asalto en 2016 que obligó el cierre del colegio por un corto periodo. A día de hoy, cerca de 40 estudiantes están matriculados en la escuela Al Fatah, donde se les enseñan oraciones y comprensión del Corán, entre otros, y que sirve como un espacio seguro para que las mujeres trans ejerzan su derecho al culto religioso.