NEWS.- Definitivamente Eurovisión se ha consolidado como un monumento a la cultura gay en esta edición del 2015. Y eso a pesar de que su triunfador, Mäns Zelmerlöw que representaba a Suecia con el tema “Heroes”, se luciera con unas declaraciones homófobas realizadas el pasado año en un programa de televisión: «No es natural que un hombre quiera dormir con otro”, soltó ante el estupor de sus contertulios, para pasar a tachar la homosexualidad de «avvikelse«, que traducido al español viene a ser algo así como «desviación» o «anormal». Obviamente le ha faltado tiempo para intentar arreglarlo en las redes sociales «Quiero pedir disculpas a todos los que se han sentido ofendidos», explicaba en un comunicado. «Creo y espero que la gran mayoría sabe que respeto todas las formas de amor». Mira tú por donde se le pasó la homofobia de golpe. En fin, hay que reconocer que la puesta en escena de Suecia fue una de las más elegantes, sobrias y cuidadas y encima la canción estaba bien. Así que felicidades al ganador.
Además verle abrazar al final a Conchita Wurst cuando la ganadora del año pasado le hizo entrega del premio, no tuvo desperdicio, como no lo tiene la foto en que ambos sostienen el, para que engañarnos, fálico galardón. Sin comentarios.
Pero esta 60ª edición nos ha dejado momento que más allá del folklorismo han sido claramente reivindicativos, como la masiva presencia de banderas arco iris en la actuación de Rusia en semifinales. Una forma de plantar cara a la homófoba política de Putin que al parecer no debió de gustar demasiado a algunos, porque resulto difícil volver a verlas cuando Rusia actuó en la final.
En cuanto a Edurne, pues ¡qué le vamos a hacer!, otro año será. Acabamos en el puesto 21, quizá de manera inmerecida porque el tema “Amanecer” que defendió para España no estaba tan mal y ni en los momentos más pesimistas habíamos vaticinado semejante posición en la lista final. Pero la verdad es que a la puesta en escena les sobraba ventilador y lo del cambio de vestuario también está ya un poco pasado. Lo mejor, la estética en plan “Xena la princesa guerrera” con la que arrancó los aplausos del público.
Y acabamos esta pequeña crónica de lo que nos ha deparado Eurovisión con una imagen para la historia, porque puede que en el futuro no recordemos la canción que defendió Lituania, pero difícilmente olvidaremos el beso que se dieron tres parejas en el escenario, dos hombres, dos mujeres y un hombre con una mujer. ¿Existe manera más gráfica de apostar por la igualdad?
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