Bug (“bicho”), es el nombre con el que se conoce en informática a un error o fallo en un sistema de software que desencadena un resultado indeseado. Pues bien eso es lo que les sucedió a la compañía Nintendo con el lanzamiento de Tomodachi collection: new life, un simulador de vida en la línea de Sims. Según la compañía, el error permitía que dos personajes de sexo masculino pudieran contraer matrimonio, vivir en pareja e incluso criar a sus propios hijos y se referían a esta situación como “la relación humana se torna extraña”. Ya puestos a rizar el rizo, debemos tener en cuenta que en el bug, uno de los personajes masculinos podía quedarse embarazado y que además en ningún caso se daba la posibilidad de unión entre dos mujeres.
Alegar problemas de traducción es, claramente, salirse por la tangente. Justificar la postura con el hecho de que se trata de un juego orientado al mercado japonés, y que en Japón el matrimonio gay no es legal raya en el cinismo tratándose de una empresa con la proyección internacional de Nintendo.
Lo positivo de todo este asunto es el intento de rectificación de la empresa al publicar en su página web: “pedimos disculpas por decepcionar a muchas personas al no incluir las relaciones entre personas del mismo sexo en Tomodachi Life. Nos comprometemos a que si creamos una nueva entrega de la serie Tomodachi, nos esforzaremos en diseñar una experiencia de juego que sea más inclusiva y represente mejor a todos los jugadores”.
Rectificar es de sabios y muchos gobernantes deberían tomar ejemplo.
Montse Trillo, directora de contenidos de Gayles.tv
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Siempre rectificar es bueno. Quedaros con eso.