Ekai, un joven transexual de 16 años se ha quitado la vida en el domicilio familiar de Ondarroa
GAYLES.TV.- Los informativos, los periódicos dicen que Ekai se ha suicidado, que se ha quitado la vida y podríamos haber titulado como hace dos años aquel tristísimo “Alan se ha suicidado”, uno más. Pero no, porque Ekai no se ha suicidado, lo han suicidado, lo ha suicidado la transfobia, lo ha suicidado la burocracia, esos “ratos muy malos” de los que él mismo habló hace unos meses en la Sexta. A Ekai le han quitado las ganas de vivir las muchas batallas libradas por su identidad, la lucha por lograr un cambio de nombre en el registro, la extrañeza de un DNI que no te representa, la larga espera para que el Hospital de Cruces le proporcionara un tratamiento hormonal que necesitaba como el aire que respiraba y que nunca llegó, que ya no llegará, que ya no necesita. Quería Ekai que los profesores y alumnos del instituto donde cursaba sus estudios recibiesen formación sobre la transexualidad y la identidad de género y lo quería porque necesitaba más que nada en el mundo que se le comprendiera, que se conociera su realidad, que se le respetara. “Demasiadas batallas cotidianas para un adolescente”, es la frase de Bea Server, portavoz de Chrysallys, la que mejor expresa lo que ha pasado.
Por eso afirmamos que a Ekai lo han suicidado porque muy probablemente de haber podido ser quien era, de haber podido reconocerse en su cuerpo y en su identidad y de haber sido respetado y aceptado por ello, probablemente insistimos, su madre no lo hubiera encontrado sin vida en su dormitorio.
El verbo suicidarse se conjuga en reflexivo, yo me suicido, tú te suicidas, él se suicida… por eso el titular de este artículo es imposible e irregular, porque se supone que a nadie lo suicidan. De puro surreal admite un pretérito perfecto que Ekai jamás podrá conjugar, “yo me he suicidado” y un imperativo de segunda persona que hiela la sangre en las venas, “suicídate”. Y es ese imperativo el que como sociedad fracasada conjugamos a coro con todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes a quienes se les niega algo tan básico como dejarles ser quienes son.
Compartimos aquí el comunicado de Chrysallys Euskal Herria que expresa todo el dolor y la indignación que hoy nos inunda:
La mañana del 15 de febrero las familias de Chrysallis Euskal Herria recibíamos en el whatsapp en el que compartimos nuestras alegrías y tristezas, la peor de las noticias. Ana nos comunicaba que había encontrado a su hijo de 16 años Ekai muerto.
El inmenso dolor de Ana y Elaxar es también el nuestro, al igual que lo han sido sus batallas. Batalla por lograr el cambio de nombre en el registro; batalla por recibir en la “unidad de género” de Cruces el tratamiento hormonal que necesitaba y que nunca llegó; batalla por conseguir que en su instituto se realizara la formación para que la comunidad escolar pudiese comprender su realidad y así poder respetarla, y que no se hizo… un cúmulo de batallas cotidianas. Demasiadas para un adolescente, en este caso. Esta batalla la hemos perdido como sociedad y a Ekai nadie puede devolverle ya la vida.
Pero vamos a seguir luchando. Por la memoria de Ekai. Por aquellos chicos y chicas que siguen esperando a recibir en el Hospital de Cruces el tratamiento que necesitan. Por aquellas chicas y chicos a quienes han denegado el cambio de nombre. Por todas esas niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad. Por los que vendrán detrás. Por una ley que les proteja. Por una sociedad informada que comprenda y acepte los hechos de diversidad y en la que estas chicas y chicos puedan crecer, puedan desplegar todo su potencial, puedan vivir. Para que nunca, nadie, tenga que volver a pasar lo que Ana y Elaxar están pasando. Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, Ana, Elaxar eta familia, maite zaituztegu.
Con todo el amor y apoyo a Ana y Elaxar, padres de Ekai.
Fuentes: elpais.com, chrysallys.org.es
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