El fenómeno emergente de las «chemsex» (largas sesiones de sexo grupal bajo los efectos de todo tipo de drogas), dispara los casos de contagio de ETS y VIH
EDITORIAL GAYLES.TV.- Cuando hablamos de los encuentros “chemsex” podemos, como el título del artículo interrogarnos en términos de ¿placer o riesgo?, pero en realidad sería más apropiado hablar directamente de placer y riesgo, porque en realidad no existe una disyuntiva. Las fiestas “chemsex” son muy placenteras según explican quienes han participado, pero no están exentas de riesgo, bien al contrario, el riesgo es elevado y el rebrote de casos de contagio de VIH relacionados con esta práctica ha disparado todas las alarmas.
Pero deberíamos empezar por analizar qué son las “chemsex”. Se trata de largas, de hecho larguísimas sesiones de sexo en grupo bajo el efecto de todo tipo de sustancias estupefacientes. Las fiestas pueden alargarse varios días y en ellas se mezcla alcohol con drogas de distinto tipo. La pérdida absoluta de control que conlleva el tomar todo tipo de drogas provoca conductas de riesgo que, desgraciadamente, se traducen en muchos casos en la transmisión del VIH así como otras ETS (enfermedades de transmisión sexual).
No pretendemos en absoluto caer en la moralina de decir si las “chemsex” están bien o no, cada cual elige vivir su sexualidad como mejor le cuadra. Lo que sí queremos es informar para intentar minimizar los riesgos asociados a este tipo de encuentros. La FELGTB, en mayo del pasado año, ya lanzó una campaña a través de un spot en el que se dan una serie de consejos válidos tanto para los habituales de las “chemsex” como para quienes se aventuran por probar algo diferente. Básicamente se trata de tener sentido común, pero los puntos más importantes serían:
- Espaciar las sesiones
- Informarse sobre las características de las sustancias que se van a consumir
- Conocer el posible resultado de las mezclas
- Espaciar las dosis en la fiesta
- Dividir los gramos
- No compartir el rulo
- Utilizar jeringuillas nuevas de uso individual
- Usar siempre preservativos y lubricante
El spot finaliza con una frase que en sí es todo un eslogan: una app te ayuda a decidir con quién, pero no cómo. Y es que el “cómo” puede suponer la frontera que separe salud de enfermedad.
Por todo ello BCN Checkpoint ha puesto en marcha un servicio de atención psicológica que, aunque no va dirigido exclusivamente a personas que practican “chemsex”, sí que “la mayor parte de los que ya se han apuntado lo han hecho porque consideran que tienen problemas derivados de este tipo de práctica”, según explica Antoni Gata, miembro de BCN Checkpoint y responsable de este nuevo servicio. El alto grado de satisfacción obtenido en el sexo sumado a la ingesta de drogas crea, en algunos casos, situaciones de dependencia que no siempre resultan fáciles de ser gestionadas.
Por su parte Energy Control también ha lanzado la campaña «Chem-Safe» en colaboración con diversas entidades LGTBI que tiene como objetivo informar y asesorar sobre la combinación entre sexo y drogas desde una perspectiva de reducción de riesgos.
Y es que, si bien el “chemsex” no es una práctica exclusiva de varones homosexuales, los datos objetivos que se conocen en relación a este fenómeno emergente indican que el colectivo gay es uno de los que están en una situación mayor de riesgo.
Toda la información relacionada con orientación y ayudas las podéis encontrar en las webs de BCN Checkpoint y Energy Control.
Fuentes: BCN Checkpoint, Energy Control
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