Carmen Calvo se abstiene en la votación de la Ley Trans, que ahora deberá pasar por el Senado
El Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI ha salido adelante con 188 votos a favor de los socios de Gobierno, 150 en contra de PP y Vox, y siete abstenciones; entre ellas, la de la socialista Carmen Calvo, la figura socialista más visible en cuanto a la oposición a esta norma, que ahora mantiene la resistencia dentro del partido. La norma deberá ahora pasar por el Senado.
Calvo es exvicepresidenta del Gobierno y ahora presidenta de la Comisión de Igualdad donde se ha tramitado esta norma. Tras la votación de este jueves, ha afirmado que quiere una ley, “pero no esta”, y que “asume las consecuencias” de su abstención. El Ejecutivo ha cumplido su objetivo: que la norma fuese aprobada en la Cámara baja antes de fin de año, y eso a pesar de que durante los últimos meses el texto ha estado apuntalado por la incertidumbre y los incendios constantes a cuenta de la libre autodeterminación de género.
Derechos trans, derechos humanos
Esa cuestión, sobre todo en lo que atañe a los menores de 14 y 15 años, ha sido motivo no solo de batallas políticas entre las socialistas y las de Unidas Podemos, y del bloque de la derecha y la ultraderecha contra el de la izquierda, sino también en el movimiento feminista, que ha sufrido la mayor fractura de su historia por las posiciones encontradas con esta norma.
Irene Montero, ministra de Igualdad, ha estado este 2022 más que nunca en el punto de mira, entre otras cuestiones, por esta norma. Su aprobación ahora es “avanzar en derechos” y “la forma más contundente de hacer frente a los reaccionarios y de seguir avanzando en democracia”, afirmó Montero horas antes de que se produjera la votación. “Hoy esta Cámara dice que los derechos trans son derechos humanos”, añadió.
Autodeterminación y más medidas legales
Finalmente, y si nada se tuerce, las personas trans podrán modificar su sexo legal sin condiciones médicas ni informes diagnósticos, Además del cambio de sexo legal, la norma despliega un marco integral de medidas. Entre ellas, el fin del matrimonio obligado para parejas de mujeres que quieran filiar a sus hijos e hijas, la prohibición de las terapias de conversión, protocolos para las personas trans e intersexuales en el ámbito de la salud, la obligación de impulsar planes de igualdad LGTBI en las empresas de más de 50 trabajadores o el fomento de encuestas y estudios sobre la situación de las personas LGTBI.
Fuera se han quedado algunas cuestiones que reclaman varios partidos y los colectivos LGTBI, entre ellas, el reconocimiento a las personas no binarias, que no ha salido adelante por el voto en contra del PP, Vox y el PSOE.