Manchester planea abrir en tres años la primera escuela destinada a jóvenes LGTB, aunque abierta a estudiantes de otras opciones sexuales. El proyecto, que viene acompañado de una fuerte polémica, es una iniciativa de la organización benéfica LGBT Youth Northwest y surge como una necesidad ante las alarmantes cifras de acoso en los centros escolares. Según un estudio realizado por la organización benéfica Stonewall, prácticamente el 50% de los alumnos gais en Reino Unido ha sufrido bullying por su condición sexual, de ellos el 60% denuncia que los profesores que presencian los episodios de acoso nunca intervienen. Sin llegar a esos extremos, todos afirman escuchar a diario insultos homófobos en sus centros de estudio.
Considerando que el 60% de las personas que sufren acoso por su condición sexual reconocen que afecta a su rendimiento académico y que hasta un 41% declara haber intentado o haber pensado en el suicidio, se entiende el planteamiento de un lugar que funcione a modo de refugio para situaciones extremas. En palabras de Amelia Lee, directora estratégica de la organización Yourth Northwest, “No se trata de crear un pequeño enclave seguro, alejado del mundo real, pero tenemos un sistema educativo que conduce al fracaso a entre un 5% y un 10% del alumnado, porque rutinariamente es incapaz de reconocer e incorporar las necesidades de los jóvenes en conflicto con sus identidades. Podemos esperar que todos los colegios lleguen a ser inclusivos o podemos reconocer que aún no hemos ll
egado allí y que, por el momento, necesitamos escuelas especializadas”.
El centro daría acogida a 40 estudiantes a tiempo completo y 20 plazas a tiempo parcial para aquellos que prefieran continuar con el grueso de su formación en centros convencionales. Se trabajaría con un currículo a medida para cada alumno, que incluiría técnicas de trabajo de la autoestima. La idea está inspirada en el instituto Harvey Milk de Nueva York, primer centro del mundo de estas características que funciona desde 1985 y que en el 2003 pasó a ser reconocido como centro oficial subvencionado con fondos públicos.
Es evidente que se trata de una iniciativa pionera fruto de la necesidad de preservar a un colectivo especialmente vulnerable, pero también hay que pensar que crear una escuela gueto para ell@s supone aislarl@s en lugar de trabajar por la plena integración y normalización en las escuelas.
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