“Carmen y Lola”, ópera prima de Arantxa Echevarría, llega a la gran pantalla tras recoger elogios en Cannes y una agria polémica con asociaciones gitanas
GAYLES.TV.- Este pasado viernes llegó a las pantallas comerciales «Carmen y Lola», la primera película de Arantxa Echevarría que firma el guion y la dirección. Y lo hace con el sabor agridulce de quién, incluso antes del estreno, recoge a partes iguales elogios y críticas, aplausos y una enconada polémica con quién menos podía preverse, con la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad y con Afroféminas. En ambos casos y aun reconociendo no haber visto la película, se escribieron durísimos artículos contra la directora acusándola de reforzar estereotipos caducos y machistas. Se criticaba a Echevarría por «arrogarse como paya y bilbaína un rol de salvadora de la comunidad gitana pero invisibilizando su realidad desde una mirada de feminismo blanco y de estereotipo cultural». Lo que espoleó tan duras críticas fueron unas declaraciones de Echevarría: “cuenta una paya la situación de una mujer gitana o no la cuenta nadie, y desgraciadamente tiene que ser una paya quien lo cuente porque ellas no tienen voz”. La recriminación de la asociación entraba en terreno pantanoso al decir que “hay cientos de temas (sobre la cultura gitana) de los que hablar y tenéis que hablar de ‘eso’?“ . Y es que “eso” es, por supuesto, el lesbianismo de sus protagonistas y ante ese ataque la directora salió a defenderse afirmando que “Ellas (gitanas lesbianas) me pidieron que por favor contase su historia ya que ellas no pueden. Y eso he hecho, darles voz y usar las pantallas de cine como un altavoz”.
El enfrentamiento se agrió hasta el punto de que la“Muestra de Cine y Mujeres” que se celebra en Pamplona y que tenía previsto un pase del film, acabó desprogramando la película, no está claro si por las denuncias de las asociaciones o por la voluntad de la directora de no abonar más enfrentamientos. Y el tema, probablemente y ahora que ya se proyecta en las salas públicas, no se va a quedar aquí. Podéis seguir la cronología de los hechos en los enlaces que encontraréis a pie de página, por nuestra parte preferimos entrar en otros matices.
En primer lugar cabe destacar que todo el elenco de la película, desde la pareja protagonista (impresionantes Rosy Rodríguez y Zaira Morales) hasta el último vendedor de mercadillo, primo, prima, padre, madre, pastor evangelista o quién quiera que aparezca en la película no son actores ni actrices profesionales, son gitanos que transpiran autenticidad, que no costumbrismo y algo de verdad habrá en el film cuando han prestado sus voces, su gesto y sus rostros a esta historia. Bastante le ha costado a Echevarría encontrar dos chicas gitanas que se atrevieran a vivir una historia lésbica frente a las cámaras. “Venían las chicas al casting y, antes que nada, les preguntaba: ¿A ti te importaría salir fumando en la película? ¡Estás loca paya! ¡Qué van a decir de mí!, me contestaban. Así que ni siquiera continuaba con la prueba. Algunas que sí se animaban al principio, a la segunda o tercera prueba se daban cuenta de la enjundia del tema y se asustaban“.
Puede que la película cargue las tintas al retratar una comunidad y una cultura en exceso tradicionalista e intolerante. Puede que de principio a fin sea una sarta de tópicos sobre las costumbres, modos de vida, expresión, rituales y organización de los gitanos. O puede que no. Lo cierto es que viven, conviven y comparten espacio y sociedad con los payos como si de universos paralelos se tratara, fundidos pero distantes, cotidianos y ajenos. Una implacable ley de decoherencia nos separa y nos mantiene ignorantes de las respectivas realidades. ¿Cómo pues podemos afirmar que la desgarradora situación a la que se enfrentan lesbianas y gais de algunas culturas como la gitana no es cierta? ¿Acaso no resuenan afirmaciones no tan lejanas en boca de payos y payas como ”antes hubieras nacido muerta que bollera”? ¿Tan pronto olvidamos?
No nos vamos a posicionar, quizá por la humildad de reconocer que nos falta información sobre una realidad que desconocemos en profundidad y porque lo que nos importa aquí es poner en valor la autenticidad sin fisuras de “Carmen y Lola”. Tierna, emotiva, bien narrada desde los silencios y las miradas, con la innegable fuerza de un primer amor prohibido y arrollador y con la dureza de un entorno que como tantos otros entornos culturales justifican, en pro de la tradición, el sometimiento y sacrificio de lo más auténtico del ser humano a la colectividad.
“Carmen y Lola” es un canto a la libertad, al desarraigo, al dolor de tener que elegir entre ser o ser aceptad@. Imprescindible.
Fuentes: elpaís.com, mirales.es, magnet.xataka.com
Fotografías: Francis Mascarenhas (Reuters), Aijaz Rahi (Associated Press)
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