Entre fiestas y carrozas del orgullo, se presentó en Madrid el pasado 27 de junio en la librería vinacoteca Tipos Infames, La Calle, una nueva firma editorial con sede en Antequera (Málaga) y que trabaja por y para la visibilidad LGTBI mediante la literatura.
La Calle es una apuesta para reivindicar un espacio a los libros que toman como referentes otras identidades y orientaciones sexuales. Textos que tradicionalmente han sido relegados a un segundo plano en un entorno editorial dominado por la presuposición de la heterosexualidad. Su línea argumental, definitoria y sus valores son muy claros: las mejores historias están en La Calle. Porque en la calle hay diversidad, variedad, personajes pintorescos e historias fascinantes.
Sus principios son sólidos y claros. Quieren crear una calle pública, para todo el mundo independientemente de sus gustos, y segura, porque detrás de cada novela y cada autor hay un equipo que vela por el rigor y la profesionalidad. Están en constante expansión, quieren adaptarse a las necesidades del público y están basados en formato papel y digital. La Calle es peatonal, solo para personas, no hay vehículos ni obstáculos, solo importa la interacción social. Está formada por un equipo que escucha, a los que les importa la opinión de las personas y la escuchan para seguir mejorando. La Calle, igual que la calle que tod@s conocemos, está abierta 24h, con tienda online. Y van a la última, quieren recoger las tendencias, y todo con encanto, novelas e historias brillantes para que disfrutes.
La Calle ha llegado al mercado con 12 títulos que engloban novela y algunos títulos de ensayo y divulgación LGTBI, y ya están trabajando en nuevos lanzamientos para los próximos meses. En las librerías ya puedes encontrar títulos como El Accidente, de Adolfo Pascual, El Libro Rojo de Raquel, de Mónica Martín, o ¿Entiendes de Cine?, del Colectivo 0.40.
Aplaudimos estas iniciativas que trabajan por la normalización y visibilidad desde un punto de vista cultural. ¡Tod@s a La Calle! Porque como dicen ell@s mism@s, «Que nadie os diga que por leer literatura homosexual estáis leyendo en un ghetto».